domingo, 20 de mayo de 2012

Dos personas paralizadas consiguen mover un brazo artificial con el cerebro.

Hola a todos, aqui estamos una semana más con otra buena y esperanzadora noticia.

Seguramente os hayais preguntado, que porque en las primeras entradas no hacia más que hablar de que este tipo de tecnología, tenía como principal objetivo facilitar la vida cotidiana a las personas más descapacitadas, pero desde hace mucho tiempo no comentaba nada al respecto, sólo ponía temas interesantes de distintas multinacionales.

Pues bien esta semana, os voy a dar una gran noticia:


Como veis es un gran avance.
Esta noticia fue publicada en la rebista Nature. El proyecto ha sido financiado por los Institutos Nacionales de Salud de los EEUU.

Y para los que tengan la curiosidad, el dispositivo funciona tiene un sensor del tamaño de una pequeña pastilla que se inserta en el cortex motor del cerebro del voluntario, la zona que controla los movimientos,(como podéis ver es una tecnología intrusiva). Este receptor contiene un centenar de diminutos electrodos del tamaño de un capilar, que captan las señales eléctricas que produce el cerebro. Esta información se traslada hasta un receptor donde un programa lo traduce en órdenes para un brazo artificial. El nombre del proyecto lo dice todo: Braingate, puerta del cerebro en inglés. Así han conseguido los voluntarios agarrar una botella y llevársela a la boca. Algo que llevaban años sin poder hacer por sus propios medios.

Los beneficiarios han sido una mujer de 58 años, paralizada por un ictus cerebral en 1996, y un hombre de 66, en la misma condición desde 2006. Ambos tuvieron que pasar un duro proceso de entrenamiento, hasta que aprendieron a pensar de manera que el dispositivo entendiera las órdenes y fuera capaz de traducirlas.

El proyecto Braingate no es nuevo. Empezó en 2004. Y heredó y mejoró otros trabajos, como los que, ya en 1998, permitieron que personas con parálisis movieran el cursor de un ordenador con el cerebro. La diferencia es que ahora se trata de movimientos más complejos y tridimensionales, frente a uno de arriba-abajo y derecha-izquierda con el que se empezó.
El proceso de aprendizaje, junto con su precio, es el que hace que el sistema sea, de momento, poco aplicable de una manera generalizada. Cada uno de los voluntarios necesitó de meses de entrenamiento acompañado por un experto que ayudó a calibrar el aparato. Empezaron manipulando objetos de espuma, para luego pasar a otros rígidos.

Otra limitación, en personas con infarto cerebral como las que han participado en el ensayo, es que la parte del cortex a la que se conectan los electrodos tiene que estar sana y ser capaz de procesar los pensamientos de los voluntarios, ya que, si no, no habrá emisión de señales que el aparto sea capaz de traducir. En otros casos, como lesionados medulares, puede ser más fácil, ya que su inmovilidad no está causada por el cerebro.

Como yo ya os he dicho más veces, y como dicen los investigadores de este proyecto esta no es la solución definitiva para facilitar la vida a estas personas, y todavía queda mucho trabajo por delante.
Pero siempre un paso hacia adelante es un paso hacia adelante.

Saludos a todos.

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